Si eres diabético, evita las harinas, la sal, el azúcar blancos y fumar

Harina blanca

El trigo es el cereal más utilizado en todo el mundo para hacer pan. Es una buena fuente de energía. Con su capa esencial de salvado, vitaminas y minerales, es un excelente alimento para la salud.

El trigo generalmente se muele en harina para usarlo como alimento. Sin embargo, la harina de trigo refinada constituye un grave peligro para la salud de los diversos alimentos procesados ​​que se utilizan hoy en día por su delicioso sabor, la harina blanca (maida) es especialmente dañina. La colosal pérdida de vitaminas y minerales en la harina de trigo refinada ha llevado a una prevalencia generalizada del estreñimiento y otros trastornos relacionados con la disgestina y los trastornos nutricionales, en particular la diabetes. Por tanto, el consumo de harina blanca es una causa importante que contribuye a la diabetes y su agravamiento, si la enfermedad ya se ha desarrollado.

Sal blanca

La sal común o el cloruro de sodio es un factor importante para mantener el equilibrio ácido-base del cuerpo. También es esencial para la producción de ácido clorhídrico en el estómago. Por lo tanto, si bien una cierta cantidad de sal es esencial para el organismo, se requiere en cantidades muy pequeñas, que van de 10 a 15 g por día.

El uso excesivo de sal supone una carga adicional para los riñones y puede provocar hipertensión arterial, que está estrechamente relacionada con la diabetes. La ingesta excesiva de sal promueve la retención de agua en el cuerpo, lo que a su debido tiempo puede conducir a la obesidad, que es una potente causa de diabetes. Por lo tanto, demasiada sal es dañina y puede promover o acelerar la aparición de la diabetes.

La sal (cloruro de sodio) y los conservantes de sodio se agregan a la mayoría de los alimentos procesados. Una dieta con control de sodio debe evitar o limitar los refrigerios salados; encurtidos y muchos otros alimentos preparados procesados.

Todo el mundo sabe que fumar cigarrillos es malo para usted, pero ¿sabía que puede provocar diabetes tipo 2? Y si ya es diabético, fumar puede empeorar las cosas. Descubra cómo están conectados y por qué dejar de fumar es una de las mejores cosas que puede hacer por su salud y bienestar.

Cómo fumar puede provocar diabetes tipo 2

La insulina ayuda a que el azúcar en sangre ingrese a las células, pero la nicotina cambia las células para que no respondan a la insulina, lo que aumenta los niveles de azúcar en sangre.

Todos los productos químicos de los cigarrillos dañan las células de su cuerpo y también causan inflamación. Esto también hace que las células dejen de responder a la insulina.

Seguro que sabes que las personas que fuman tienen un mayor riesgo de tener grasa abdominal, lo que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 incluso si no tienen sobrepeso.

En general, si fuma, tiene entre un 30% y un 40% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas que no fuman. Cuanto más fume, mayor es su riesgo.

Controlar la diabetes es un desafío y fumar puede hacerlo aún más. La nicotina aumenta los niveles de azúcar en sangre y los hace más difíciles de manejar. Las personas con diabetes que fuman a menudo necesitan dosis mayores de insulina para mantener su azúcar en sangre cerca de sus niveles objetivo.

La diabetes causa complicaciones de salud graves, como enfermedades cardíacas, insuficiencia renal, ceguera y daño a los nervios que pueden provocar la amputación (extirpación quirúrgica) de un dedo del pie, un pie o una pierna. Si tiene diabetes y fuma, es más probable que tenga complicaciones, y peores complicaciones, que las personas que tienen diabetes y no fuman.

Las enfermedades cardíacas merecen una atención especial. Es la principal causa de muerte en los Estados Unidos y tanto el tabaquismo como la diabetes aumentan su riesgo. Con el tiempo, el nivel alto de azúcar en sangre debido a la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios dentro y alrededor de su corazón. Fumar cigarrillos también puede dañar los vasos sanguíneos al aumentar la placa (una sustancia grasa y cerosa que se acumula en las paredes de las arterias).